El 24 de febrero, el presidente Lai Ching-te expresó su esperanza de que los 23 millones de habitantes de Taiwán se unan para salvaguardar la nación y, al mismo tiempo, mantener el sistema constitucional de democracia, libertad y derechos humanos a fin de seguir impulsando el desarrollo y la prosperidad de Taiwán.
Lai hizo estas declaraciones al recibir en la Oficina Presidencial en la ciudad de Taipéi con el grupo de regreso a casa de las familias de las víctimas del Incidente 228 que residen en el extranjero. El Incidente 228 ocurrió en 1947 después de la retirada de las autoridades coloniales japonesas a fines de 1945 y siguió a los llamados a la reforma gubernamental. Cuando estas demandas no fueron atendidas, estallaron protestas en toda la nación, lo que provocó una represión militar que resultó en muchas muertes de civiles.
El mandatario agradeció en primer lugar al grupo por su labor de larga data para hablar en apoyo de Taiwán, y señaló que este año se conmemora el 78.º aniversario del Incidente 228. La muerte de miembros de la élite social de Taiwán en dicho incidente, entre ellos el primer fiscal de Taiwán, Wang Yu-lin, y el artista Chen Cheng-po, causó pérdidas incalculables a la sociedad de Taiwán, apuntó Lai, quien ofreció disculpas nuevamente en nombre del Gobierno.
El Gobierno no escatimará esfuerzos para reparar el Incidente del 228, afirmó Lai, citando medidas correctivas que incluyen admitir errores, ofrecer disculpas, dar compensaciones, investigar la verdad, restaurar reputaciones, revocar sentencias y erigir monumentos conmemorativos. El mandatario declaró que las autoridades gubernamentales están comprometidas con la búsqueda de la justicia transicional para sacar a la luz la verdad, hacer justicia y garantizar que un incidente como este nunca vuelva a ocurrir.
Aunque se trata de una tarea inconclusa, Lai reveló que el Gobierno desclasificará los archivos políticos, e hizo hincapié en que el pueblo no debe olvidar la historia y debe comprender las diferencias entre democracia y autoritarismo para proteger la libertad.
El Gobierno busca unir a la nación, proteger la seguridad pública y nunca permitir que una tragedia como el Incidente del 228 vuelva a ocurrir, concluyó Lai. Para ello, debe salvaguardarse la soberanía de Taiwán, advirtió el mandatario, agregando que la nación y la República Popular China no están subordinadas entre sí, la soberanía de Taiwán es inviolable y no puede ser anexada, y que el futuro de la nación debe ser determinado por sus 23 millones de habitantes.
Source: Noticias de Taiwan (https://taiwantoday.tw/index.php)
